La proyección astral
Amigos míos,
es necesario que ustedes comprendan la necesidad de aprender a salir del cuerpo
físico a voluntad; quiero que entiendan que el cuerpo físico es una casa en la
que no tenemos porque estar prisioneros.
Es
indispensable entrar en la región de los muertos a voluntad, visitar las
regiones celestes, conocer otros mundos del espacio infinito.
Fuera del
cuerpo físico uno puede darse el lujo de invocar a los seres queridos que ya
pasaron por las puertas de la muerte. Estos concurrirán a nuestro llamado y
podremos entonces platicar con ellos personalmente.
Hay magos
nigromantes que saben invocar a los fallecidos para hacerlos visibles y
tangibles en este mundo físico, pero nosotros preferimos penetrar en la región
donde ellos viven, visitarlos, conocer allá en que estado se encuentran, etc.
Fuera del
cuerpo físico podemos adquirir pleno conocimiento sobre los misterios de la
vida y de la muerte.
Fuera del
cuerpo físico podemos invocar a los ángeles para conversar con ellos cara a cara,
personalmente.
Es bueno que
ustedes entiendan que en el pasado nosotros tuvimos otros cuerpos, otras
existencias; y fuera del cuerpo físico podremos recordarlas, revivirlas con
entera exactitud.
La clave para
salir fuera de la forma densa, fuera de este cuerpo carnal, es muy sencilla.
Óiganme bien,
escúchenme. En esos instantes de transición que existe entre la vigilia y el
sueño, uno puede escaparse del cuerpo de carne y hueso a voluntad.
Me viene en
estos momentos a la memoria un caso muy especial. Alguna vez llegué a un pueblo
y busqué un hotel; empero todos los hoteles estaban llenos, no había
hospitalidad para nadie; sin embargo conseguí un alojamiento en un salón de
huéspedes. Ahí habían muchas camas donde dormían muchos hospedados. Yo pagué
por el último de esos lechos que quedaban libres y en el me acosté a dormir.
Empero,
sucedió que por ahí a la media noche un hombre golpeó en aquella casa
solicitando también alojamiento. La dueña de la casa lo llevó a nuestro salón
diciéndole: "no tengo camas vea, vea, todas están ocupadas". El
pasajero protestó diciendo: "en ninguna parte hay hospitalidad, me
resolveré a dormir en este salón aunque sea en el suelo, póngame usted en el
piso un petate, alfombra o estera y una almohada para mi cabeza porque estoy muy
cansado.
La dueña de
aquella casa de huéspedes, conmovida accedió gustosa a lo que el hombre le
pidiera.
Yo me
encontraba despierto viendo y oyendo todo aquello. El citado pasajero
acostándose en el suelo se propuso conciliar el sueño.
Observe
detalles mientras el hombre estaba en vigilia, se movía a uno y otro lado como
queriendo acomodarse al duro piso.
De pronto dejó
de moverse y entonces veo con asombro una nube grisácea ovoide que fue saliendo
de entre sus poros por todo el cuerpo.
Tal nubecilla
flotó por unos instantes sobre aquel cansado cuerpo y por último colocándose en
posición vertical asumió la forma del peregrino. Me miró fijamente y luego
salió de aquel salón caminando normalmente.
He aquí amigos
míos lo que sucede siempre en este estado de transición existente entre vigilia
y sueño.
Tal peregrino
se alejó de su forma densa; ustedes todos hacen lo mismo, pero en forma
inconsciente. No quiero decirles con esto, que aquel caballero de marras
hubiera realizado una salida consciente; sin embargo eso mismo se puede hacer a
voluntad positivamente consciente.
Realmente,
este es un proceso natural; darse uno cuenta de sus propios procesos naturales,
jamás puede ser perjudicial; realizar uno todas sus funciones conscientemente,
en vez de hacerlo en forma inconsciente e involuntaria, de ninguna manera es
peligroso y, por ello pongo cierto énfasis en la necesidad de aprovechar el
instante de transición entre la vigilia y el sueño para abandonar el cuerpo de
carne y entrar en la región de los misterios.
Hay gentes
incrédulas que dicen ¿que puede usted saber del más allá?, ¿que puede saber lo
que hay de "Texas" para arriba ?, ¿acaso usted ha ido al otro mundo y
vuelto?, etc., etc.,etc.
Estimables
amigos, con este procedimiento les aseguro que ustedes pueden ir al otro mundo
y volver; puedo jurarles a ustedes por lo que mas quiero yo en la vida, que yo
voy al otro mundo cada vez que quiero, y que ustedes también pueden ir; lo
importante es que no tengan miedo.
Cuando yo
quiero salir del cuerpo físico a voluntad, aprovecho el instante de estar
dormitando, el momento aquel en que uno no esta dormido del todo, ni despierto
del todo. En ese preciso momento hago lo que hizo aquel peregrino de mi
historia; me levanto suavemente como sintiéndome vaporoso, fluídico, gaseoso,
después salgo del cuarto lo mismo que aquel consabido pasajero de la casa de
huéspedes y me dirijo a la calle.
El espacio es
infinito y volando puedo viajar a todos los lugares de la Tierra o del
Infinito. Ustedes pueden hacer lo mismo mis caros amigos; todo es que se lo
propongan.
Ante todo no
debe uno identificarse con el cuerpo material. En el preciso momento de hacer
el experimento deben pensar que ustedes no son el cuerpo, deben comprender que
ustedes son almas, deben sentirse como almas, fluídicas, sutiles; después,
sintiéndose así, en tal estado, levantarse simplemente de la cama.
Lo que estoy
diciendo tradúzcase en hechos mis caros amigos. Óiganme bien, no se trata de
pensar que se están levantando, porque ahí se quedarían pensando y entonces no
realizarían el experimento. Repito: tradúzcase en hechos lo que estoy
enfatizando. Hagan lo que hizo aquel peregrino de nuestra historia; el no se
puso a pensar que iba a salir del cuerpo; sencillamente actuó, se levantó del
duro piso donde estaba acostado.
Repito con
entera claridad. Se levantó sutil, vaporoso, y salió de aquel lugar.
¿Hasta cuando
me van a entender ustedes? , ¿en que época de la historia de sus vidas van a
aprender a salirse del cuerpo a voluntad?.
¿Quieren saber
algo del más allá?, ¿quieren platicar con los seres divinos cara a cara?,
invóquenlos, llámenlos a gritos cuando estén fuera del cuerpo; es claro que
ellos concurrirán por amor hacia ustedes, con el propósito de instruirlos.
Todo lo que se
necesita es dejar la pereza y poner atención en el proceso del sueño; las
frazadas con que uno se cubre, las cobijas o sarapes resultan muy agradables,
le cuesta trabajo a uno dejar la flojera, la inercia. Recuerden que la voluntad
es indispensable y si ustedes de verdad se proponen a salir del cuerpo a
voluntad, lo conseguirán si siguen con exactitud mis indicaciones.
Todos los
hombres sabios del pasado, abandonaban la densa forma para viajar consciente y
positivamente en el espacio infinito; entonces platicaban con los Dioses santos
y recibían maravillosas instrucciones.
Fuera de este
mundo físico, podemos experimentar en forma directa todos los misterios de la
vida y de la muerte.
Ahora
comprenden ustedes porque pongo tanto énfasis en la necesidad de aprender a
salir del cuerpo físico a voluntad.
Pregunta: Maestro, para salir del cuerpo físico ¿se necesita algún
aprendizaje antes, o hay alguien que lo sabe hacer de nacimiento?, porque yo he
oído a muchas personas que dicen, yo se viajar en astral. ¿Podría explicarme si
es lo mismo?
Respuesta: Mi respetable amiga, me parece muy a propósito su pregunta. En
nombre de la verdad debo decirle que a mi nadie me tuvo que enseñar a salir en
astral. Nací con esa facultad, por eso es que conozco los misterios de la vida
y de la muerte. Ahora se explicará usted por si misma de donde saco estos
conocimientos que escribo en mis libros.
Sin embargo,
mi caso no es una excepción: mi esposa Litelantes también sabe salir del cuerpo
físico a voluntad; salimos juntos, visitamos los templos de Misterios, ayudamos
a muchas gentes de remotos lugares, investigamos misterios, hablamos con los
Dioses, los Angeles y con los Devas inefables y regresamos al cuerpo físico
trayendo los mismos recuerdos. Esto es similar a cuando dos personas salen de
casa a dar un paseo en día Domingo y regresan hablando sobre las distintas
ocurrencias del camino.
En los
distantes rincones del planeta Tierra hay muchas gentes que saben salir del
cuerpo a voluntad; es necesario que ustedes también aprendan a hacerlo para que
conozcan las grandes maravillas de la naturaleza y del cosmos y para que sepan
que es lo que hay mas allá de la muerte.
Pregunta: Maestro, usted nos dice que para salir en astral hay que
aprovechar le momento en que uno está entre vigilia y sueño; ¿en otros momentos
no puede uno hacerlo?.
Respuesta: Distinguida señorita: quiero que usted sepa que cuando ya se está
práctico en esto de la salida en astral, puede escaparse del cuerpo físico a
voluntad, aún cuando el cuerpo carnal este sentado o esté de pié; empero,
repito, esto último es para gentes muy prácticas. Lo normal, lo natural, es
acostarse uno en su cama para desdoblarse.
Pregunta: Maestro, ¿se puede invocar a algún maestro en especial para que
nos ayude a salir en astral?
Respuesta: Bien amiga. Permítame decirle que hay seres invisibles que nos
ayudan; sin embargo, ustedes pueden pedirle auxilio a su propia Madre Divina
Particular. Me refiero a su Madre Naturaleza propia, porque es obvio que cada
cual tiene la suya. Ustedes deben suplicarle en el nombre del Cristo que los
saque del cuerpo en aquel preciso instante en que se hallen en estado de
transición entre vigilia y sueño.
Pregunta: Maestro, ¿existe alguna oración especial para llamar a nuestra
Madre Naturaleza Particular?, ¿podría usted enseñárnosla?.
Respuesta: Bondadosa discípula que me está escuchando, voy a darle un
consejo que le servirá a todo el mundo. Acuéstese usted boca arriba en su cama
con el cuerpo bien relajado y adormézcase recitando con su pensamiento y con su
corazón la siguiente plegaria:
"Creo en Dios
Creo en mi Madre Divina
Y creo en la magia blanca
Madre mía, sacadme de mi cuerpo"
Recite usted
con toda devoción y con intensiva fe esta oración mágica. Recela millones de
veces, si hay necesidad, adormeciéndose. Empero, recuerde usted aquel dicho que
dice: " a Dios rogando y con el mazo dando".
Cuando ya se
sienta en ese estado de lasitud propia del sueño, al empezar en su mente las
primeras imágenes ensoñativas, venza la pereza, por favor se lo ruego, y
sintiéndose como un fantasma sutil y delicado, haga lo del peregrino de nuestra
historia del salón de huéspedes, levántese de la cama y salga de su casa,
¿entendido?.
Pregunta: Maestro, ¿le podemos pedir a nuestra Madre Naturaleza Particular
que nos lleve a determinado lugar, o ella nos lleva a donde debemos ir de
acuerdo con nuestra preparación?
Respuesta: Esta bien la pregunta que usted ha hecho. La Madre Divina sabe a
donde cebe llevarnos a cada uno; sin embargo, también podemos solicitarle que
nos lleve a tal o cual lugar y si ella quiere hacerlo esta bien. Empero, si
ella no quiere llevarnos a donde nosotros deseamos, sino que mas bien nos
transporta a otro lugar diferente, debemos acoger con gusto su decisión, porque
es claro que nuestra Madre sabe lo que necesitamos, lo que mas nos conviene.